jueves, 6 de septiembre de 2007
ME DEJAS Y ME MATO
El día en que iba a cometer ese acto tan atroz contra su propia vida, Santiago Násar se levantó 4.00am, no había podido conciliar el sueño en toda la noche, ansioso por la llegada de su amada. Había soñado con el feliz encuentro y con la respuesta afirmativa a su proposición de matrimonio, pero al despertar lo mataba la incertidumbre, siempre había soñado con aquel día en el que pediría a su amor unir sus vidas para siempre.
Me dijo Plácida sonriente, su madre evocando 20 años después los pormenores de aquel día inimaginable.
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